Los temas tratados en la XII Semana Social fueron la movilidad humana en el contexto internacional, nacional y local, desde el enfoque de los derechos humanos y la ayuda humanitaria a los migrantes; los problemas ambientales en el Azuay y las acciones para proteger las cuencas y páramos; la carta compromiso firmada por el Ecuador y el Fondo Monetario Internacional y sus consecuencias en la economía y en la vida social de nuestro país.
Al finalizar la semana, todos los asistentes pidieron que la Arquidiócesis de Cuenca continúe realizando eventos formativos, también en las parroquias y comunidades, con el objetivo de llegar a todos los agentes de evangelización y a aquellos que buscan discutir temas sociales a la luz de la fe, en un ambiente de respeto y escucha atenta.
La Iglesia, en su proceso de comprensión de los problemas sociales, utiliza el clásico método: “Ver - Juzgar - Actuar”. Las encíclicas y otros documentos de la Doctrina Social de la Iglesia permiten descubrir que la enseñanza social en el seno de la Iglesia se elabora en un constante ejercicio de estudio y comprensión integral de la realidad; enfatizando la necesidad de acercarse científica y pastoralmente a la realidad histórico-social concreta en que vive la humanidad. Priorizando, ante todo, la lectura de la realidad a la luz de la Palabra de Dios y de la revelación.
Ver es analizar organizadamente, a la luz de la fe, con la ayuda de las ciencias humanas y sociales, desde distintos puntos de vista, una misma realidad social, económica, política y cultural, para interpretarla e interpelarla.
Juzgar es interpretar la realidad de las personas y de los pueblos; discerniendo qué es y qué hay de humano, justo, fraterno, o lo contrario, a la luz del Proyecto de Dios sobre el hombre y el mundo. Es también denunciar el pecado, que oprime, deshumaniza y domina; mostrando los caminos y los medios para alcanzar la justicia, la liberación, el desarrollo integral y la auténtica paz.
Actuar es tomar posición y optar por decisiones coherentes con los valores del Reino de Dios. Esto implica comprometerse con acciones concretas, para trabajar en la eliminación de las desigualdades, el desmantelamiento de las estructuras y los mecanismos de injusticia y pecado.
Desarrollando este mismo método, el Papa Francisco habla de Contemplar la realidad como Jesús, discernir a la luz de la Palabra de Dios y proponer soluciones, creando un verdadero compromiso cristiano con el hermano necesitado.
